Tuesday, 4 December 2012

El día que me llamaron morosa y la burocracia escocesa

El sábado 1 de diciembre recibí una carta del City of Edinburgh Council diciéndome que tenía que pagar lo que deduzco que son impuestos de luz y agua comunitaria y que era el último aviso que me mandaban (en realidad, a mí, a mi compañero de piso y a la chica que estaba aquí antes que yo), que era el último aviso que me mandaban (¿es que había habido alguno anteriormente?) y que si en 21 días desde que habían emitido la carta (tampoco es que a mí me queden muchos más por estas tierras) no lo pagaba pasarían un informe al sheriff de la ciudad y que vendrían a casa a no sé qué historias. En ese momento, en lugar de seguir leyendo para ver lo que tenía que hacer y demás, entré en pánico casi nuclear y lo único que se me ocurrió fue escribir en la pizarra que tenemos en la cocina un mensaje para mi compañero preguntándole si sabía qué era eso (porque yo no sabía nada y no es la primera vez que pasa algo de lo que me entero tarde mal y nunca, como cuando unos vecinos hablaron con él para que les diese la dirección y el correo de nuestra landlady por la reparación del tejado y una semana después nos enviaron una carta casi amenazante pidiéndole esos datos y se los tuve que dar yo) y cómo lo podíamos pagar. Me sentí tan fuera de lugar como cuando llegué por primera vez a la universidad de aquí y solo me surgían problemas, ninguno se me solucionaba y no sabía lo qué tenía que hacer ni a dónde tenía que ir.
Esa noche, en un ataque de indignación tras ver su respuesta: "Just give them a call. I sort out my own stuff" (sí, me repateó tanto que me la aprendí de memoria) me invadió la sangre fría, terminé de leer la carta y tracé mi plan de acción. No sé a qué se refería exactamente, si a que él solucionaba su parte y la de la otra chica o a que dejase de preguntarle cosas. Prefiero darle el beneficio de la duda. Sin embargo, no va a ser él a quien más eche de menos cuando me vaya (si es que llego a echarlo de menos en algún momento de mi vida).
Así que el lunes me fui a una oficina del council y ahí estuve yo pagando y cerrando la cuenta para cuando me vaya. Lo cierto es que no tenía ninguna diferencia con las de España, había una fila de mostradores, varias filas y según a la fueses tenías que coger un número u otro. La gente, igual de pesada. Baah, en todas partes es igual... Por lo menos me solucionaron todas mis dudas y me ayudaron a encontrar mi mostrador.

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