Miércoles, 29 de agosto
Me he levantado a las 9h. (10h. hora española). Como hoy no
tenía nada especial que hacer, por la mañana me he dedicado a ducharme
tranquilamente, a desayunar tranquilamente y a describir el día de ayer igual
de tranquilamente. Y menos mal que lo he hecho tan tranquilamente, porque me he
pasado un buen rato encerrada en casa para que no saltase la alarma antirrobos.
Os pongo en situación:
Mi casera hoy tenía que ir al Church Coffee Shop a preparar scones, debe de ser algo así como un
local llevado por la parroquia donde los vecinos se alternan para atender,
porque solo va un día a la semana y cada vez que va tiene que preparar algo.
Por esta razón, ayer antes de acostarnos me explicó cómo tenía que configurar
la alarma cuando me marchase.
Hora: un poco más tarde del mediodía, es decir, sobre las
12.15 o 12.20. Tal como ella me explicó, lo he hecho. ¿Resultado? Según he
salido por la puerta principal eso se ha puesto a sonar y han debido de
enterarse, como poco, hasta a 5 km a la redonda. He llamado a Ms R pero no ha
descolgado, aunque eso ya lo suponía. He estado hablando con una mujer que
pasaba por allí y que me ha dicho que habría que llamar a la agencia de la
alarma, ¿pero de dónde iba a sacar el número de teléfono? Así que he vuelto a
entrar (al menos ya sé abrir las puertas) y me he puesto a toquetear los
botones hasta que eso ha parado de sonar.
Me he puesto a escribirle un sms a la señora, ¡he tardado
años! Por dos razones, eminentemente, una que ya no estoy acostumbrada a las
teclas, otra que estaba temblando más que un flan de 12m. y, por ambos motivos,
borraba más de lo que escribía. Desgraciadamente, me he acordado de que ayer no
tenía saldo para llamar con el móvil de aquí, así que lo he borrado y he
cerrado la tapa.
Ahí estaba yo, plantada en la entrada, con la puerta de la
calle a la derecha y la puerta de entrada interior a la izquierda, cerrada
también con llave. No me atrevía a moverme por si la alarma volvía a saltar.
Sin embargo, no podía quedarme ahí eternamente; por tanto, en un alarde de
valor he abierto la que daba a la casa, he subido a mi habitación y no he
salido de ahí (es decir, me he quedado en compañía de la araña, a la que no he
vuelto a ver y espero no volver a hacerlo) hasta que ha llegado la mujer sobre
las 14.40. Le he contado lo que me ha pasado y me ha explicado con todo detalle
lo que tengo que hacer, cuántos pitidos suenan y cómo suenan y si los tengo o
no los tengo que oír.
He de añadir que tras parar la alarma cada pocos segundos
sonaba un “pi” que en ningún momento del día y medio que llevaba aquí había
sonado, pero al menos no resultaba molesto. Para enviarle el sms explicándole
mi situación, he intentado recargar el saldo del móvil por internet, todo
perfecto hasta que (raro hubiese sido que no hubiese pegas) me pedía el código
postal de la tarjeta con la que iba a recargar. ¿Alguien puede explicarme qué
haces cuando solo te acepta códigos británicos y tú tarjeta está registrada en
España? Mi gozo en un pozo. He cerrado la página y he abortado la misión, como
es lógico.
Eeeeeeeeeen consecuencia, he intentado enviarle el sms y
(¡por fin una cosa bien!) parece ser que había suficiente saldo para enviar el
mensaje. Total, para nada, porque no lo leyó.
Este… pequeño (por llamarlo de alguna manera, nótese la
ironía) imprevisto me ha fastidiado el plan del día: no he podido ir a la
universidad a preguntar más dudas y a abrir la cuenta del banco, no he podido
ir al Tesco a comprar la otra mitad de lo que tenía que comprar… Por lo menos
una cosa ha resultado en positivo: me he puesto en contacto con mis compis que
ya estaban aquí.
Con estas fotos intento mostraros cómo llovía, pero no aprecia prácticamente nada |
Durante el rato que he estado en mi habitación he visto
cambiar el cielo de gris plomizo, a sol mortecino durante 3 min. Y vuelta a
gris plomizo, lluvia torrencial durante otros tres minutos y luego chirimiri,
después lluvia a secas (qué paradoja), y lluvia torrencial otra vez, lluvia,
granizo, truenos y así continuamente. Cuando ha llegado la mujer hemos estado
hablando un ratejo y al final me ha prohibido salir de casa con la que estaba
cayendo, no problem, mi plan había
cambiado a quedarme en casa también. La verdad es que es maja la mujer.
Dado que no tenía otra cosa mejor que hacer, he terminado de
ordenar todo mi equipaje. Y buscando buscando, en uno de los bolsillos de la
bolsa de mano me he encontrado un vale de eurovips del año 2010; ahí es poco.
En un vídeo con
la letra de esta canción, me ha llamado la atención el siguiente comentario:
R.I.P to the blue sky you used to see,
Summer is overr,
The beach is closed, oohhhh,
i'll decide,
if you've told the truth or lied,
if it is snowing,
or a blizzard is grooowing!
Después de haber visto llover durante casi 4 horas seguidas,
no he podido evitar sentirme identificada. Sniff L
Para cenar hemos tomado un puré de champiñones que, en
realidad, no tenía gran sabor, pero la textura… prefiero no describirla. Hay
que ver lo que toma una cuando está fuera de casa. A ver si en vez de traer
comidas de estas de su Coffee Shop trae más bizcochitos como el de ayer de
fresa y canela o el brownie del lunes.
Por cierto, aquí no hay quien se seque el pelo. Y mira que
he estado con la toalla en la cabeza como poco una hora; claro, así se me ha
quedado el flequillo para arriba y luego no bajaba ni con planchas ni con nada.
Cuando a las 19.15 me he deshecho la coleta que llevaba tenía el pelo igual de
mojado que cuando me la he hecho para salir por la mañana.
Y finalmente me he enterado de por qué mi cuarto está tan
frío, ya que algo no me encajaba cuando el radiador del baño estaba ardiendo y
el mío y el del pasillo superior estaban fríos, los demás no los he comprobado.
Añadiendo que la mujer dice que mi habitación es de la más caliente, cosa que
tampoco me extrañaría puesto que, de salir el sol, daría a mi lado durante
bastante parte del día. Pues reeeeeeeesulta que estaban encendidos solo una
rayita de las 5 que tienen y, claro, no calentaban nada.
Esta mañana se me ha olvidado contar alguna cosa de ayer:
1)
Fui a comprar el teléfono móvil con número
local. El chico que me atendió debió de pensar que era tonta, porque me
preguntó que cómo quería el móvil y le dije que recibiese e hiciese llamadas y
lo mismo con los mensajes, y que no quería internet. Me empezó a decir cosas y
se me abrieron los ojos como platos, así que me enseñó los más sencillos que
tenía (o sea, 2, porque los otros dos que aumentaban las posibilidades se
habían agotado por el Fringe) y me sacó uno de ellos. Cuando me enseñó la caja
le pregunté si no podía sacarme el otro porque era menos feo :D
El pobre me lo sacó. Luego le pedí que me
anotase el número en un papel y como le empecé a hacer preguntas me preguntó si
quería que me lo activase él mismo, acepté, por supuesto. Me dijo que me
sentara a esperar mientras él se ponía manos a la obra. Mientras esperábamos me
preguntó de dónde era y cuando le respondí que de España me dijo que su hermana
estaba enseñando inglés en “Casro”, me quedé alucinando y contesté “What?”.
Volvió a decir eso y por inspiración
divina deduje que se refería a Cáceres. Lo pronunció yo bien y el chico
asintió. Pero vamos, que en la media hora que estuve en la tienda mantuve la
cara de pasmarote. Al final me dijo que volviese si tenía algún problema y que
ellos me ayudarían.
2)
Después de avistar la araña y no poder acabar
con ella (qué psicópata sueno) cerré la cremallera de la maleta y de todas y
cada una de las bolsas para no encontrarme con ninguna sorpresa inesperada (e
indeseada) más adelante. Esta mañana antes de ponerme las zapatillas las he
volcado por si algo tuviese que caer, jum. Me acordé de Spiderman, de Aragog la araña de Harry Potter, del escarabajo/cucaracha o lo que sea de la Metamorfosis de Kafka y me imaginé toda clase
de escenas y bichos posibles en las que o la araña o yo no salíamos muy bien
paradas. De hecho, me plantee buscarme otra casa, pero seamos sinceros, tanto
en Brighton como aquí creo recordar ver arácnidos (¡pero no eran tan grandes!)
así que igual que las tengo aquí puedo tenerlas en cualquier otro piso, y tras
contarme Mo y Drea su experiencia buscando piso… de momento me quedaré aquí.
Todavía estoy paranoica perdida con tener ese bicho rondando por la habitación,
tanto que he acabado tumbando la maleta y poniéndola delante de la puerta que
da al cuartillo (no sé muy bien qué es, parece una bombona casi tan alta como
yo de color gris y encima hay estantes con toallas; supongo que será algo para
calentar el agua) de manera que impide, aparentemente, el paso de nada.
jajajaaj!! ayyy mi chica que le ha pasado de todo!
ReplyDeletelo que me he podido reir con lo de la alarma y la araña peluda =D Espero que se te haya algo mejor el día de ayer y el de hoy, y que deje de llover un poquito... un besiiito cuqui!
poooor cierto es un poco liosa la letra que empleas al escribir Lau... me lio un poco con las mayúsculas... ooootro besote! muuacks!
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