Jueves, 30 de agosto
Poca cosa ayer: por la mañana estuve más de una hora
buscando el supermercado Tesco que me había indicado la señora, y todo porque
no recordaba por qué salida se había metido exactamente con el coche. Lo más
extraordinario de todo es que de las varias personas a las que pregunté ninguna
supo decirme cómo llegar (algunos ni idea de que había un Tesco por allí).
Lo único único realmente destacable fue ir al teatro, al Royal Lyceum Theatre más exactamente, por la
tarde-evening (se entiende: tarde
para los españoles, evening para los
autóctonos) a ver una obra rarísima como ella sola y que, para qué mentir, si
en el folleto no te explican que es una obra que se adentra en la atracción de
la fama y el estrellato te debes de quedar con cara de lelo al finalizar que ni
para postal; el resto de los temas sí que son evidentes, hasta el absurdo.
Además, si tampoco aludiesen a un paralelismo con Alicia en el País de las Maravillas pues como que el asunto no está
tan claro. No obstante, pasé el rato entretenida, practiqué el oído, estuve un
rato calentita, y no se me hizo para
nada larga (y todo esto cuenta bastante); a pesar de que todo su “concepto” no
me resultó tan obvio como se supone que debería serlo, la obra te hace
recapacitar sobre ciertos temas y los actores bordaron su papel, todo sea
dicho. En fin, por si alguien quiere saberlo, el título es Wonderland.
El comienzo me encantó, y aunque el soliloquio cuenta con
unas líneas de más, las primeras eran algo así:
You are in
a room, and in that room there’s a door. Some people never notice it. Others
are curious but never open it. Others dare to cross it and find a new room. Darker,
shinier. And in that room, another door, and after that door another room, and
in that room another door that leads to another room with another door… If it
gets too dark, you can always come back, or can’t you?
(No lo
toméis literal, la idea era esta, pero no recuerdo letra por letra la
intervención)
Al terminar la obra fui a dar
otra vuelta por el centro para ver si había alguna actuación callejera. En
vano. En cambio, los resultados fueron otros: la sorpresa que tenía por no
haber visto casi españoles durante el día se esfumó en cuestión de segundos. De
hecho, me atrevería a decir que el 80% de los que por allí andábamos éramos de
tierras hispanas españolas. Aun así, he de decir que el ambiente me encantó,
porque a pesar de no ser excesivamente pronto (aquí) todo estaba lleno de vida:
gente paseando, algún saxofonista, pubs a centenares… ¡esperemos que dure una
vez se acabe el verano!
Te guste o no, hay que admitir
que Edimburgo no es una ciudad normal y corriente. Sus edificios de piedra, sus
calles estrechas (y empinadas si se trata de la ciudad medieval), su estilo
antiguo y lo poco iluminados que están algunos callejones y escaleras te
remiten directamente a, como poco, el siglo XVIII o a Jack el Destripador;
sobre todo teniendo en cuenta cómo estaba el cielo ayer.
I’m lovin’ it.
Biiiiieeennn! me alegro que estés entretenida y te vaya mejor =) ¿te has podido informar de algo más de la uni, sobre cuándo empiezas y demás??
ReplyDelete¿Cómo te apañas con el tema de la comida? ¿Has podido encontrar el Tesco y comprar algo?
Me encantan las fotos por cierto, como me gustaría estar allí algún día.. un besoote muy muy grande!
Empiezo el 10 de septiembre, aunque eso ya lo sabía :P
DeleteSí sí, al final encontré el Tesco después de aquel paseo!