o lo que es lo mismo, Halloween.
Ya lo tenía comprobado con Navidad, y esta vez Halloween ha sido otra prueba: me gusta mucho la preparación de la fiesta que la fiesta en sí. La emoción, la anticipación, el ambiente que se respira en la calle...
Que esto no os lleve a pensar, en cambio, que no me divertí.
Después de comprarme el sombrero de bruja a última hora y de rebote, tenía el disfraz completo.
Primero habia fiesta en el piso de Drea y Mo, con una decoración asombrosa. Me encantó.
Luego fui a un espectáculo que organizaba esta asociación. Era una representación de algún tipo de ritual pagano. Pero entre que lo que más veíamos eran nucas y que lo único que salían de las bocas de los actores eran gritos no nos enteramos de mucho. Esos gritos eran a menudos respondidos por otros similares por algunos entre público que provacaban sonrisas, si no risas, generales; muestra (en mi opinión) de que nadie se estaba enterando de la misa la media.
Por último fuimos a una discoteca que estaba hasta los topes. Aun así, ver los disfraces no tuvo desperdicio. Había jirafas, cocodrilos, romanos, superhéroes, zombies y vampiros (por supuesto), esqueletos, Caperucitas, Blancanieves, chicos vestidos de chicas, unicornios, Wallies y cualquier cosa que se os pueda pasar por la cabeza. De lo que también estoy cada vez más segura es de aquí cuanto más puedan enseñar, mejor, pero tanto ellos como ellas. En la calle nadie nativo, NADIE llevaba abrigo. Claro, así te encontrabas a algunas vestidas con unas medias, un maillot y unas orejitas de conejito y un pompón por cola tiritando en la calle. A ellas los vestidos apenas les tapaban el culo y llevaban las tetas más fuera que dentro (y como en general no son nada tetonas...) y ellos también iban enseñando más abdominales que camiseta llevaban y los pantalones los llevaban prácticamente por las rodillas (es una exageración, lo admito, pero así os imagináis cómo iban).
Son unos borrachillos de cuidado por aquí y de educados tampoco tienen gran cosa, en la discoteca te empujan sin contemplaciones y si te tiran te miran con desprecio y se largan (afortunadamente eso no me pasó a mí, pero lo vi en primera plana).
A pesar de todo, me lo pasé muy bien y esperaré el próximo Halloween con entusiasmo :)
Las calabazas no las tallé (¿?) yo, me las encontré cuando volví de Londres. Al final no compré tampoco ninguna y ya no pienso hacerlo. Pero a lo mejor el año que viene cae alguna...
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