Domingo, 2 de septiembre
Free tour a mediodía con Annina como el que hice con Vr en
Dublín. Lo hemos cogido en inglés y la verdad no ha ido nada mal. El guía se
llama Neale y es de Dundee, aunque lleva en Edimburgo dos años estudiando la
carrera. Al principio no se le entendía nada, porque hablaba muy rápido y con
el acento cantarín típico escocés. No obstante, al poco rato nos hemos
acostumbrado y ya entendíamos casi todo.
No he tomado fotos porque íbamos bastante rápido y había
mucha gente, así que mañana iré más tranquila después de la universidad. Lo
bueno es que hemos estado todo el tiempo por la misma zona, por lo que tampoco
necesito dar una vuelta tremenda para hacerlas.
Luego hemos estado sentadas en Princes Street Gardens porque
hacía sol prácticamente todo el tiempo. Sentadas allí nos hemos encontrado,
casualidades dela vida, con Drea y Mo que venían de comprar. Nos han enseñado
un libro con la historia resumida de Escocia que se han comprado en
Waterstone’s por £2; no es mala idea, sinceramente.
Hoy no me ha pasado como ayer, que me encontré a una despedida de
soltero 3 veces. Iban disfrazados de policías y de presos. Aunque, la verdad,
ni los primeros ni los segundo tenían pinta ni de lo uno ni de lo otro; al
contrario, su cara era de “Let’s party!”.
Solo uno llevaba algo mejor el disfraz: uno de los que iba de policía, pero no
parecía un poli cualquiera sino un poli corrupto. Con su bigote pelirrojo con
las puntas curvadas hacia abajo y su barriga incipiente. En fin, un
espectáculo; sobre todo porque la segunda vez que los vi ya iban bastante steamin’, que dicen por aquí.
Por la noche hemos ido al Fireworks Concert, que clausura el
Festival de Edimburgo. Se trata fundamentalmente de un concierto de música
clásica acompañado de fuegos artificiales lanzados desde el Castillo.
Espectacular. Había momentos en que no se veía del humo que había. Habrá durado
unos 40 minutos. Ahí había más gente que en la guerra; además, como es obvio,
han desviado todos los autobuses que pasan por Princes Street, desde donde se
podía ver, es decir, todos. Si normalmente se tarda 5 minutos desde donde más o
menos he dejado el bus hasta donde había quedado, en esta ocasión he tardado
15. También hemos conocido a unas chicas valencianas que están como nosotras de
Erasmus en la Heriot-Watt y que son de TeI,
bastante majas, aunque casi no he podido hablar con ellas.
Igual que en Inglaterra se lleva el Fish&Chips, aquí es el Haggis, o lo que es lo mismo entrañas
con un aspecto un tanto “morcilloso”. Aunque el tradicional (o sea, de oveja o
cordero) no lo he probado, al menos puedo decir que he comido una variante; y
todo porque estaba tan preocupada por ver cómo cocinarlo que ni me fijé qué era
cuando lo compré ni cuando lo preparé, solo cuando mi casera me preguntó contentísima
(tras ver el envoltorio) si me había gustado. ¡Y yo que creía que era carne
picada con hierbas sin más! (que en cierta manera incluso lo es). En cualquier
caso, ahora que sé en qué consiste y que el que he probado se dejaba comer,
tendré que catar algún día el de oveja.
Después de una semana aquí, me he dado cuenta de varias cosas:
1-
Metí cosas en la maleta que ahora me arrepiento
y, en cambio, no metí algunas que debería haberlo hecho.
2-
Puedes tener tanto buena suerte como mala cuando
coges un alojamiento por una temporada larga sin visitarlo primero en persona.
A pesar de todo (la mujer tiene sus manías de persona mayor: como ir corriendo
a todas partes o alterarse por algunas nimiedades; deja la llave de la puerta
principal en la cerradura y, por tanto,
yo no puedo abrir), no me quejo.
3-
Hoy en el Tour me he dado cuenta de que ya voy
adaptándome a la ciudad. Hemos pasado por algunos sitios por los que ya había
pasado con anterioridad y me he fijado en objetos que antes ni había visto, en
tiendas que ni sabía que estaban; en el autobús, igualmente, voy reconociendo
las zonas y ya no tengo que estar tan pendiente de por donde voy o cuánto queda
para mi parada…
Si tuviese que comparar con las tres ciudades
(ejem) que más conozco por el tiempo que he pasado en ellas (digamos Madrid,
Brighton y Dublín), diría que Edimburgo se asemeja más a la capital irlandesa
que a cualquiera de las otras dos: sus enormes y sombríos (por la falta de sol
y las marcas de humedad) edificios construidos con piedras, las calles anchas,
la cantidad de tráfico… De todos modos, la parte más parecida es New Town con
su aire de gloria decadente, mientras que el casco viejo u Old Town respira un misterio
que te traslada directamente a las Noches
Lúgubres de José Cadalso.
St Mary's Cathedral:
St Mary's Cathedral:
The Writer's Museum, Lady Stair's House:
No comments:
Post a Comment